Vértigo: de entre los muertos (1958)

“Estoy seguro que a cualquiera le gusta un buen crimen, siempre que no sea la víctima”

Alfred Hitchcock

Basada en una novela de Pierre Boileau y Thomas Narcejac, Vértigo: De entre los muertos, a la que a partir de ahora nos referiremos como Vértigo, es una obra maestra del gran cineasta británico Alfred Hitchock.

La historia narra un momento de la vida de Scottie Ferguson (interpretado por James Stewart). Es un antiguo policía contratado para seguir a Madeleine Elster (Kim Novak), esposa de un antiguo amigo de Ferguson. Éste, Scottie, se enamora de ella. Madeleine, aparentemente poseída por el espíritu de Carlotta, su antepasada que se suicidó, se quita la vida por el mismo procedimiento: saltando desde un campanario. A continuación Scottie coincide con quien parece ser su doble, Judy (también interpretada por Kim Novak), y la transforma para hacer de ella la mujer a quién amaba y perdió.

Esta maravillosa obra del monumental Hitchcock puede estar influenciada, aunque el lo niegue, por el gran Cecil B. DeMille, que había dirigido películas de temática parecida a Vértigo: la reencarnación. Por ejemplo Male and female (1919) o The road to yesterday (1925).

También recibe cierta influencia de Fritz Lang y su obra Las tres luces (1921), en la que una mujer, cuyo amante ha muerto, se adentra en el reino de la muerte para interceder por la vida de su amado. Para ello tiene que revivir su duelo en tres reencarnaciones sucesivas (algo parecido a lo que tiene que padecer Scottie con Carlotta, Madeleine y Judy).

Toda esta temática de carácter clásico nos evoca a la tragedia griega, por un lado a la de Perséfone, que no puede regresar al mundo por mucho que su madre lo desee y al de Orfeo y Eurídice en la que Orfeo pierde a su amada en el último momento a pesar de haber hecho todos los esfuerzos posibles por recuperarla.

La historia de Vértigo empieza cuando la Paramount adquiere en octubre de 1956 los derechos sobre el libro ya mencionado. Tan seguros estaban de este proyecto que todo conduce a creer, como sugiere Françoise Truffaut ante la sorpresa del director británico (Hitchcock), que P. Boileau y T. Narcejac escribieron De entre los muertos (1954) con el propósito de que Alfred Hitchcock la trasladase al cine.

Esta afirmación se ve reflejada en una entrevista publicada en La política de los autores (1974)

“–Ha comprado los derechos de una novela francesa de Boilau-Narcejac: D’entre les morts.

–Sí. ¡Oh! Será muy interesante de hacer.

–Realmente se trata de un tema apropiado para usted. Podría pensarse que se ha escrito expresamente.

–Se puede sacar de ella algo excelente. La parte que más me gusta de esta historia es cuando el hombre recrea a la mujer de entre los muertos.”

Por tanto, Vértigo podría ser una adaptación de una obra pensada para ser llevada a la pantalla. Aún así, Hitchcock tuvo varios dolores de cabeza durante la adaptación con el dramaturgo Maxwell Anderson -con quién acababa de colaborar en el guión de The wrong man (1956)- y que le gustaba por su capacidad para redactar historias que proporcionaban una intrigante simbiosis entre elementos de tono fantástico y reales.

Nos adentramos en la historia. Para ello hay que comprender que, del mismo modo que en la novela original, el improbable y artificioso entramado policial del principio es una auténtico “MacGuffin”. Si embargo, aún teniendo en cuenta este sentido intrascendente de la persecución inicial, podemos afirmar que la secuencia de apertura del filme responde a la idea de Hitchcock de “comenzar con un climax para después continuar ascendiendo”. Esta secuencia es también absolutamente decisiva para la comprensión del filme desde el punto de vista formal (explica la razón del malvado plan de Gavin Elster para asesinar a su mujer), temático (es origen del posterior comportamiento de Scottie) y narrativo (da pie al punto de vista desde el que está narrada la historia).

Centrémonos en el punto de vista narrativo: el plano subjetivo. En este sentido, hay dos aspectos centrales que ocupan directamente nuestra atención. Por un lado la utilización constante del punto de vista subjetivo masculino (en la primera parte de la película) y femenino (en la segunda). De esta forma el protagonista se convertirá en el representante del espectador, en sus ojos y su entendimiento. Scottie será quien nos narre lo ocurrido a través de su mirada y nos hará partícipes no solo de los que ve sino de lo que piensa y siente, de lo que pone en su mirada. Esta afirmación se consuma en el beso final, en el que Scottie comparte con nosotros ya no la soledad y pérdida de Madeleine sino la posibilidad ahora de asistir al reencuentro del amor perdido.

En palabras de Hitchcock:

“Ante todo, quería probar que si un hombre se acuerda de algo, siente ese recuerdo, no lo contempla, como hemos visto en tantas películas en forma de flash-backs. Quería a un hombre con una mujer entre sus brazos experimentando una sensación idéntica a la del momento original [en las caballerizas].”

Volviendo al tema del narrador: Scottie. Es un narrador de carácter intradiegético, es decir, que actúa y está presente en la historia, y nos conduce, como hemos dicho, a través de ella. Analicemos desde el punto de vista narrativo la secuencia del museo.

Ésta se inicia con un plano general de situación del exterior del Palacio de la legión de Honor. El Jaguar verde de Madeleine aparcado a la derecha del encuadre y Scottie penetra, caminando, por el ángulo inferior izquierdo del mismo.

Tras este plano nos encontramos, a través de un fundido encadenado con un plano general de la sala del museo desde la entrada. De espaldas a la cámara está Scottie que observa a Madeleine. Ésta está situada al fondo, sentada en un banco mirando un cuadro.

En la secuencia poco a poco nos vamos acercando a la mente de Scottie, que nos va a mostrar la escena desde su punto de vista, y mediante un estudiado movimiento de cámara nos hará partícipes no solo de lo que ve sino de lo que piensa.

Con el segundo plano, nos encontramos por primera vez con Scottie y Madeleine compartiendo espacio en el encuadre (si descontamos el reflejo en el espejo cuando Scottie la espía en la floristería). Y ya en el tercer plano comienza la rigurosa estructura de plano-contraplano, tan característica tan Hitchcock (estructura ABAB), con el detalle de que el plano de Scottie es su mirada (subjetivo) y el contraplano su cara (la respuesta a lo que hemos visto). El juego acaba de comenzar. El protagonista avanza hacia Madeleine acompañado de un movimiento de cámara lateral-oblicuo. Éste corta al subjetivo de Scottie que nos muestra la composición Madeleine-Carlotta como si las dos estuvieran pintadas en esta obra de Hitchcock.

Nuevamente plano subjetivo y como ya hemos comentado vamos conociendo el pensamiento de Scottie a través del movimiento de cámara y los contraplanos que nos muestran su parecer.

Podemos comprobar que cada vez Hitchcock nos va mostrando más implicación del personaje con respecto a lo que mira, a la vez que la música de Bernard Herman asciende progresivamente en su desarrollo técnico.

La secuencia sigue este juego tan visual de planos y termina en en dos planos parecidos al segundo y al primero ya mencionados. En el penúltimo plano, que corresponde al número 19 de la secuencia, vemos a Scottie de perfil hablando con el encargado del museo y mirando a Madeleine. En el último, observamos cómo Madeleine abandona el cuadro en su coche y solo después Scottie, y el espectador con él, irán en busca de la protagonista persiguiendo la clave que resuelve el enigma y sin la cual no se puede satisfacer el deseo de Scottie, y por tanto nuestro, de comprender qué es lo que sucede.

Esta secuencia posee algo así como una repetición un poco más avanzado el filme, compuesta únicamente por 3 planos que se asemejan a dos de los ya mencionados: el segundo y el último. Esta repetición nos da pie a hablar del segundo aspecto narrativo: El espacio, el tiempo y el orden.

Vértigo se encuadra básicamente en el “in” del espacio, es decir, la mayoría de las acciones relevantes tienen lugar de forma que las vemos: el seguimiento, el primer intento de suicidio saltando al mar, el suicidio en el campanario o el sueño de Scottie entre otras. Esto es en gran parte debido a lo que hemos dicho repetidamente, que la historia está narrada desde el punto de vista del personaje.

A la vez este espacio es dinámico-descriptivo, que consiste en que la cámara se mueve con el personaje, así el espectador se mueve con la figura, la acompaña, tiene la sensación de que camina con ella, como llevamos comentando todo el rato.

Por otro lado el tiempo transcurre de forma diacrónica, es decir, sigue una línea temporal, que nos muestra de corrido las investigaciones de Scottie. Esta linea se rompe cuando cambiamos de protagonista en el momento en que Judy recuerda el “suicidio” y nos da la clave para resolver el crimen.

Respecto al orden temporal del filme. Si la repetición de ciertos hechos, como las dos muertes de Judy-Madeleine, o la doble secuencia del museo, incluso la primera puesta en escena de Madeleine (en el restaurante) y la primera de Judy convertida en Madeleine (al salir del baño), permiten hablar de una frecuencia temporal múltiple de la representación (puesto que siempre son dos momentos e incluso dos mujeres diferentes), desde un punto de vista más metafórico se trata, a los ojos de Scottie y por tanto del espectador, de una frecuencia repetitiva.

Hemos hablado reiteradamente de que el punto de vista y la trama de la película se desplazan movidas por el protagonista, Scottie Ferguson. Sin embargo, como hemos mencionado, existe en la historia un cambio de protagonista.

Esto ocurre después de que Scottie, tras reponerse del golpe debido al suicidio de Madeleine (reposición que le ha llevado un año internado en un psiquiatrico), se ve necesitado de reconstruir a la heroína con las cenizas de la anterior. Si hasta ahora era la mirada de Scottie que buscaba anhelante al personaje femenino, a partir del recuerdo de Judy ella se convierte en nuestro guía, y es su mirada la que nos traslada a través del relato. Aunque no de una forma tan definida como la anterior, es más, en varias ocasiones todavía estaremos en los detalles de Scottie, por ejemplo cuando éste se da cuenta del engaño al ver el colgante que se pone Judy para ir a cenar. Pero es evidente el cambio de protagonista cuando Judy se queda sola ante la cámara tras la marcha de Scottie, o más aún en el segundo -o tercer si contamos el beso- momento en las caballerizas, en el que parece que la mirada de Madeleine mira al vacío, pero en verdad es mucho más profunda. Esa mirada no se dirige a Scottie puesto que provocaría, en cierto sentido el final de la trama ya que por fin las miradas se habrían encontrado, ni hacia el vacío, puesto que carecería de sentido, sinó que mira hacia el fuera de campo, hacia un “off” sin continuidad que es sin lugar a dudas el espacio que ocupa el espectador.

Después de todo, en un film estructurado en el plano-contraplano nos preguntamos cómo es posible que en ese momento no se nos muestre lo que está viendo la protagonista.  Esto es así porque ya lo sabemos. Mira al campanario, a donde no quiere ir, ni nosotros con ella. ¿Por que? Hitchock nos da la respuesta:

“[…] tenemos la misma acción que en el libro; Stewart, durante cierto tiempo va a creer que Judy es Madeleine, luego se resignará a la idea contraria a condición de que Judy acepte parecerse, punto por punto, a Madeleine. Pero, por su parte, el público posee la información. Por tanto, hemos creado un suspense fundado en esta interrogación: ¿cómo reaccionará James Stewart cuando descubra que ella le ha mentido y que es efectivamente Madeleine? Éste es nuestro pensamiento principal.”

Respondemos a esta duda. Una vez Scottie se ha enterado del engaño obliga a Judy a revivir con él la situación en la que Madeleine se suicidó, o mejor dicho, fue asesinada. Empieza la secuencia subiendo las escaleras del campanario mientras suena el tema musical de amor, que va aumentando de intensidad hacia el del asesinato. Cuando llegan a la altura en la que se quedó paralizado, por miedo, Scottie, éste le revela que se ha dado cuenta de que ella es Madeleine y le confía que es su segunda oportunidad para salvarla. Tanta carga dramática adquiere la escena que por un momento parece que él mismo quiere estrangularla, la agarra del cuello y la agita violentamente. En ese momento tanto él como nosotros nos terminamos de dar cuenta de que el ideal se ha destruido, y decimos terminamos porque lo intuíamos, pero no estábamos seguros. El sueño ha terminado. La verdad es la verdad y nada se puede hacer para cambiar la realidad.

El filme termina de la forma trágica que ya sabemos, con la muerte de Judy. Acaba como empieza, con una muerte debido a una caída. Y como empieza la segunda parte del filme, con la muerte de Madeleine. Todo converge hacia un destino inalterable y fatídico para nuestro protagonista, Scottie.

Queremos hacer mención a la crítica que recibió la película en 1958. Hubo ciertas revistas y semanarios prestigiosos que la recibieron con desagrado. Sin embargo las crónicas y reseñas de los diarios de gran tirada la ensalzaron notablemente.

Aún así, la taquilla de Vértigo solo sirvió para cubrir los gastos de producción, probablemente debido a que la audiencia no estaba preparada para recibir un producto tan contemplativo y oscuro como este, y tal vez apoyado por esas críticas negativas que recibió.

Es por ello que en la versión en DVD del filme restaurado aparece en los extras el poco conocido final alternativo. En éste Midge, a la que no hemos citado en este artículo, que hace el maternal papel de amiga y confidente de Scottie, escucha por radio la detención de Elster, marido de Madeleine. En ese momento llega Scottie, que atraviesa el apartamento sin decir palabra y con el baso de wisky que le ofrece Midge se sienta al lado de la ventana perdido en sus pensamientos.

Aunque este final no fue rodado por Hitchcock, permitió su inclusión para las copias de las películas, forzado tal vez por el creciente estilo de Hollywood de finales felices, o al menos, no tan dramáticos como el de Vértigo.

Centrándonos en aspectos más técnicos de la producción, cabe destacar el efecto que utiliza Hitchcock para transmitir la sensación de vértigo e impotencia ante el abismo. Esta sensación está puesta en escena mediante la combinación de un travelling hacia atrás y el zoom hacia adelante. Este efecto aparece tanto en la primera secuencia como en la última (de nuevo un elemento que abre y cierra la historia generando repetición).

Es también llamativa la secuencia del beso en la habitación, en la que el fondo da vueltas por un lado y cambia de ubicación y los personajes por otro giran en dirección contraria.

Dice Hitchcock:

“Había dispuesto la habitación del hotel y todas las piezas de la caballeriza en un plató circular. Luego hice que la cámara filmara varias veces todo el conjunto mientras giraba en un ángulo de 360 grados. Luego situé la filmación en una pantalla, y coloqué a los actores en una pequeña mesa giratoria y les hice dar vueltas. Así, girando ellos al unísono  con la escena reflejada en la pantalla que tenían detrás daban la sensación de que eras tú quien girabas en torno a ellos. Eso estaba pensado para crear la ilusión de que él había vuelto a ese lugar particular… la caballeriza.”

En conclusión podemos observar, por tanto, que Vértigo es una película pensada en extremo, hasta el más mínimo detalle. Desde la planificación de estilo ABAB o plano contraplano, la patología o fobia del personaje que da nombre al título, la increíble personalidad de un personaje masculino íntegro y un personaje femenino dividido en dos, la compleja trama que tanto atrae y engancha al espectador…

Podríamos decir que Vértigo aún siendo aterradora atrapa, y nos invita a ir acompañados de Hitchcock, Scottie y Madeleine-Judy hasta haber resuelto el misterio que envuelve a los dos protagonistas. Como diría Kim Novak:

“Somos peones movidos por la mano del artista Alfred Hitchcock.”

James Stewart y Alfred Hitchcock

Por teléfono

Paco Plaza

Hoy he tenido una apasionante conversación telefónica con Paco Plaza, codirector de, entre otras, la trilogía de [REC].

Hemos hablado sobre la carrera, mis ilusiones y como hacer para salir adelante en este mundillo del cine.

Me ha explicado como lo hizo el para nada más acabar la carrera lanzarse a un largometraje y después de eso triunfar tanto con [REC] (2007) y el cine de terror.

Yo no soy muy de este género, pero tengo que reconocer que es una buena película, rodada al más puro estilo “dogma” (cámara en mano), desde un punto de vista subjetivo toda la película.

Todo gira en torno a un edificio de Barcelona (cada vez que paso cerca me dan escalofríos) al que acuden unos bomberos para rescatar a una persona que se ha quedado atascada en una casa.

Curiosamente una reportera y un cámara están haciendo un reportaje sobre esa unidad de bomberos y les acompañan en la misión. El ojo de la película es la cámara, que acompaña en todo momento a Ángela Vidal, la reportera y observa como poco a poco se van quedando solos en el edificio… ¿solos?

Os la recomiendo… aunque yo pasé miedo. Pero ya digo, el terror no es mi género.

Para volverla a ver: Los Goonies

Levanta la mano derecha y repite:

Nunca traicionaré a mis amigos del muelle Goon,

nos apoyaremos hasta el fin del mundo,

a través de cielo e infierno, y guerra nuclear,

buenos colegas como nosotros, estaremos pegados como alquitrán,

en la ciudad o en el campo, en el bosque o en medio de la nada,

orgulloso me declaro un miembro Goonie.

Pequeño análisis crítico de la película

El filme empieza de una manera maravillosa, atrevida y que engancha. Con la fuga de Jake Fratelli de la cárcel. Esta secuencia nos presenta a los 3 antagonistas. El ya mencionado Jake (Robert Davi), su hermano Francis (Joe Pantoliano) y a la sorprendente Mamma Fratelli (Anne Ramsey). Esto es un detalle bastante curioso ya que lo habitual es presentar en primer lugar al protagonista. Pero como en el caso de esta película no hay un solo protagonista sino que los protagonistas son Los Goonies, esta secuencia de apertura permite al director ir de personaje en personaje, presentándolos uno a uno guiado por la trayectoria del coche de los Fratelli.

Con este ritmo trepidante el director nos presenta el pueblo idóneo para el desarrollo de la trama, introduce a los villanos y a los chicos y deja ver cual es el tono general del film.

Otro detalle curioso es que los créditos de inicio estén presentados en orden alfabético, detalle que no pasa desapercibido ya que cuando se trabaja con actores tan jóvenes y podríamos decir, no famosos (al menos antes de la película). Esta distinción, o este orden facilita sobre todo que no haya una jerarquía entre los protagonistas. Así pues, el primero es Sean Astin (Mike en la película) que curiosamente será el más reconocido posteriormente, y como he dicho, es el principal entre los protagonistas, sobre quién recae el peso de las decisiones y el líder en cierto modo. Es el líder de los Goonies y el que les anima a buscar el tesoro de “Willy el Tuerto”. Sufrir un poco de asma y tiene un ligero problema en el habla, es el que siempre contagia a los demás su entusiasmo y espíritu aventurero. Está dispuesto a hacer lo que sea por salvar los muelles de Goon.

Sigue Josh Broolin (Brand) que representa al adolescente que quiere ser adulto, llevar el mando y quedarse con la chica de la que está enamorado, pero no tiene luces suficientes para dominar el grupo. Es el hermano mayor de Mikey y siempre le está corrigiendo. Al principio, podría parecer el típico hermano mayor que siempre machaca a su hermano pequeño, pero enseguida muestra cuanto le importa Mikey. Se pasa el día haciendo ejercicio y le gusta Andy. Aunque él mismo fue una vez un Goonie, se opone en un principio a la búsqueda, aunque, casi sin darse cuenta, acaba envuelto en la aventura, y no tarda en sentir el mismo entusiasmo que los demás.

Jeff Cohen (Chunk / Gordi), el gordito patoso, gracioso, que no se calla y destroza todo a su paso. Gordi tiene la habilidad de liarla allá adonde va y de inventarse historias debido a su desbordante imaginación. Es conocido por sus fantásticas mentiras, como aquella que le cuenta a sus amigos de Michael Jackson: «…Vale Mikey, Michael Jackson no vino a mi casa para usar el baño… pero su hermana si que vino.» El resto de Goonies, para divertirse, le hacen pasar por la humillación de hacer el “supermeneo”. Siempre está pensando en comida. Se hace muy amigo de “Sloth”, el desfigurado Fratelli.

Corey Feeldman (Mouth/Bocazas) es el guaperas rematado que va de mayor. No para de hablar, de ahí su mote, Bocazas. Siempre está bromeando y tomando el pelo al resto de sus compañeros. Se parte de risa viendo a Gordi hacer el “supermeneo”. Se ofrece a traducir a la madre de Mikey para Rossana, la señora de la limpieza italiana. Aunque más que traducir, asusta a Rossana con invenciones como: «…y esta es la sala de las torturas…» o «…La marihuana en el cajón de arriba, Cocaina y Speed en el segundo y la heroina en el último…,siempre separa las drogas…»

Seguidamente aparece Kerri Green (Andy), que es la primera en ser presentada en imagen a la vez que aparece su nombre en pantalla. Martha Plimpton (Stef). Después aparece Lupe Ontiveros, que representa a Rosalita, aunque su nombre no aparece en los créditos de inicio.

Ke Huy Quan o Jonathan Ke Quan, que representa al niño inventor loco Data. Está siempre inventando interesantes artilugios y chismes de todo tipo. Es un fan de los gadgets de James Bond y el Inspector Gadget. Aunque sus inventos no parecen siempre muy útiles, les salvan la vida a los chicos varias veces a lo largo de la película.

Después aparecen los Fratelli y otros actores secundarios, como los padres de Mike y Brand, los de Gordi, Bocazas y Data.

Esta presentación tiene la curiosidad de que no es una presentación de personajes en toda regla ya que el guión, aunque establece un arco de crecimiento para todos los protagonistas, este no puede ser muy profundo pues no es fácil hacer madurar a los 7 Goonies.

Respecto al espacio, esta película establece un ambiente de pueblo, Astoria, en Oregón (Estados Unidos). Es un pueblo costero, que está siendo comprado en su totalidad por unos inversionistas que quieren hacer un campo de golf, en concreto, en el barrio en el que viven Mike y el resto de los Goonies.

Además se ambienta en un mundo podríamos decir fantástico, que sería la cueva y el barco de “Willy el Tuerto”, el pirata desaparecido hace muchos años.

El pueblo y la estética recuerda a las aventuras que todos los niños, especialmente los de esa época imaginábamos con nuestros amigos. ¿Qué pandilla de colegas no quería encontrar un mapa del tesoro o vivir una aventura de película? se plantea Spielberg en una entrevista que se encuentra en las características especiales del DVD.

El tiempo es sencillo. La historia está ambientada en 1985, es decir, la época actual, y ordenado de forma cronológica. La historia empieza en un punto y acaba después, sin flashbacks, flashforwards y con pocos saltos de tiempo ya que se supone que todo ocurre en 24 horas. Encuentran el mapa una mañana y a la mañana siguiente ya tienen el tesoro, dicho rápido y mal.

En cuanto a la duración, por tanto, hay 24 horas resumidas en 110 minutos.

Otro de los aspectos a contemplar en esta película es si tiene o no una reflexión de fondo. Sería fácil definirla simplemente como el paradigma de la aventura. Lo que todo niño quiere, que termina con fama y gloria.

Bajo este supuesto, la película no contiene nada más que acción infantil. Pero se puede profundizar un poco más. Tomemos por ejemplo las relaciones entre los diferentes personajes:

Gordi – Sloth: Esta pareja de lo más distinguida crea un ambiente familiar, cariñoso. Aunque nos siga dando un poco de miedo Sloth, lo cierto es que cuando se encariña con Gordi y vemos que no es malo sino que es un trozo de pan, nosotros también nos encariñamos con él. Esto nos puede llevar, y quizá es la intención del director, aunque no lo he encontrado escrito en ningún lugar, a comprender que el aspecto externo no es lo que importa, sinó que hay que conocer más allá a las personas.

Mikey – Brand: Estos dos hermanos son como cualquiera de nosotros con el hermano mayor, o el pequeño. En muchas ocasiones el mayor quiere establecer su terreno, su poderío, su superioridad sobre el resto de la familia, y muchas veces lo hace a través de la fuerza. Pero en ocasiones el pequeño demuestra lo que dice aquel refrán: Más vale maña que fuerza. No es que el mayor tenga pocas luces, sino que aveces tiene que aprender a ceder. Tiene que aprender a escuchar. No puede querer que todo dependa de él. En muchas películas se observa esto, cómo el que manda, por no escuchar a los demás acaba cometiendo algún error, que puede ser fatal. Por ejemplo Sony en El Padrino (1972). Por no querer escuchar a sus hermanos y pensar solo en la venganza lo cosen a balazos en el peaje.

Brand – Andy: En todas las películas que siguen el modelo clásico nos encontramos con el conflicto amoroso. En este caso Andy es la capitana de animadoras del equipo de fútbol americano y sale con el capitán de éste. Brand quiere llamar su atención porque está coladito por ella, pero no sabe como hacerlo porque es consciente de que en el fondo él es un don nadie. Sin embargo los dos sienten atracción el uno por el otro, pero no se atreven a demostrarlo en público en el instituto. Pero la aventura saca lo mejor de los dos, por lo que acaban demostrando su amor. Esta secuencia, o esta historia paralela tiene el gag de que Mikey es el que recibe el primer beso. Con este gesto podemos entender que el amor platónico, al fin y al cabo, es fruto del trabajo y no del azar. “Tienes que ganarte a la chica” sería la regla. Por eso, si no se hace lo que es debido, si no se muestra realmente que se está dispuesto a hacer cualquier cosa por ella, no la tendrás. Mikey es el que trabaja realmente en el grupo, y no su hermano Brand, pero al final este último tiene la oportunidad de demostrar su valía en el barco.

Por último quería fijarme en la relación entre los principales Goonies. Es habitual en un grupo de jóvenes que haya discrepancias entre ellos. Sin embargo este grupo en concreto se compenetra de la mejor manera posible. Cada uno tiene su papel. Están muy bien construidos. Esto demuestra un buen trabajo por parte de los guionistas y una fantástica dirección y caracterización de los personajes.

Otros temas que se pueden sacar a relucir al ver esta película es la curiosa llamada que hace a todos los públicos y edades. Sin duda alguna la historia engancha desde el primer momento, pero es llamativo ver como es una película para recordar. Este aspecto hace pensar en cuál es el elemento que tenemos todos en común para sentirnos atraídos por la película y satisfechos con el final. Tal vez sea por el sentimiento de amistad, la empatía que acabamos sintiendo hacia Gordi, o Mikey o Sloth o cualquiera de los Goonies. Sin duda, a todos nos gustaría ser un Goonie después de ver esta película.

El sordo que oye

Ed Harris en un fotograma de la película

El sábado tuve la oportunidad de volver a ver la maravillosa escena de Copying Beethoven, cuando éste dirige mediante las señas de Anna Holtz su novena sinfonía.
Incluso los que no tenemos ni idea de cine nos damos cuenta de que es realmente increíble la forma en que Agnieszka Holland, el director consigue mediante el sonido dar a entender la sordera del compositor.
En la escena parece que no se cuidan cosas básicas del rodaje como el salto de eje, las composiciones de los planos o el sentido que tiene un picado o un contrapicado, de hecho parece que no esté pensado qué plano vamos a ver en cada momento.

Sin embargo, si nos fijamos detalladamente se puede ver, o eso me parece, que está milimétricamente medido. Por ejemplo, me extrañó un contrapicado en el que Beethoven está dirigiendo pero la mano derecha le tapa la cara constantemente. Pensé, esto está mal, se le tendría que ver la cara. Pero después vi como su amigo (el alcohólico) se tapa la cara de la misma forma con la misma mano.

Otro plano muy bueno es cuando en primer término se ven muy desenfocadas las manos de Anna que hacen un movimiento idéntico al de Beethoven, que está en tercer término dirigiendo. Esto al principio me pareció maravilloso, pero no se si está bien ya que no es el mismo movimiento sino que es invertido. Entonces, ¿uno de los dos está dirigiendo al revés? Técnicamente si, pero si estudiamos un poco la composición de una orquesta, nos damos cuenta de que ambos señalan a los mismos músicos puesto que él está en frente y ella detrás de éstos.

Otro momento espectacular es cuando el corte entre plano corto y plano corto es un barrido de orquesta a público o viceversa. Aquí es cuando empieza a dar igual si el eje está en la derecha o en la izquierda, o delante o arriba… lo bonito es que en ningún momento salta la imagen, probablemente debido a estas transiciones.

Finalmente termina la escena con el silencio, unos golpes sordos y la respiración del compositor.

Realmente da la sensación de que piensa que ha salido mal, que nadie aplaude. Pero al girarse, ve y oye. Entonces nos damos cuenta de que la sinfonía que estaba sonando también estaba en la cabeza de Beethoven.

El resto de la película está muy bien, ahora no la recuerdo entera, pero me viene a la memoria cuando Beethoven destroza el puente del novio de Anna. Realmente en ese momento te cae mal.

Bueno, os la recomiendo. Si no la podéis ver entera, por lo menos esta última escena.

La nouvelle guerre des boutons

¿Quién me hubiera dicho que acabaría viendo esta película?

El día que la vi me esperaba algo de tiros, acción, lo que se conoce como cine desengrasante, para después de exámenes, pero no… íbamos a ver la guerra de los botones.

Al principio era un poco escéptico. Más bien estaba enfadado porque no sabía lo que me iba a encontrar.

Tranquilo, es el director de los chicos del coro (Christophe Barratier), no te preocupes, es entretenida… pero un momento, ¿alguien de aquí la ha visto ya? No, no, no… el trailer…

Vale. Dale al play.

El principio es bueno. El chavalín (Petit Gibus) cae bien, es simpático. Al principio nadie piensa que puede ser una película de la II guerra mundial, de hecho no lo es mucho. Tal vez sea solo lo que podría haber pasado en un pueblo perdido de Francia.

¿Tramas? Las que quieras: el chico que se enfada porque su padre es un cobarde y no lucha contra los invasores. 2 historias de amor mezcladas (la de niños y la de adultos), otra  es la de la guerra de los botones en sí. La historia de los padres de Violette…

La verdad es que tiene tantas historias que es muy difícil profundizar en alguna, además la película cuenta con la dosis de humor añadida en gags que le quitan tiempo al guión.

Es por eso, creo yo, que la película no da más de si. No es otro Los chicos del coro dónde se observa una sola trama, que atrapa. En este caso no se puede deducir en ningún momento lo que va a pasar ya que las pequeñas acciones, en su mayoría no ligadas entre sí, se terminan a los pocos minutos de haber empezado por lo que la película podría terminarse en cualquier momento. Tanto es así que entre los que estábamos en la sala algunos se fueron sin la necesidad de conocer el final.

Yo no soy de estos. Si empiezo la película tengo que acabarla.

Bueno, es una pequeña película para ver en familia un día cualquiera. Ni muy pesada ni una joya. Técnicamente y artísticamente está bien. Los chicos van disfrazados de la época y los mayores da igual.

Quizá es poco verosímil que un chavalito se aficione a la bebida tan pronto, pero tiene gracia.

Para los que no lo sepáis había dos versiones anteriores a esta: 1962 y 1994, un poco más realistas, por ejemplo los chicos se toman al pie de la letra lo de luchar en canicas.

Esta no la recomiendo mucho, tal vez si no sabes que hacer, para pasar un ratillo.

Antes de una batalla

Leyendo sobre esta película he descubierto varios títulos que anuncian una publicación en un blog, o hablan sobre los galardones de ésta o sobre los actores o sobre cualquier cosa, la mayoría una crítica o más bien un chorreo de elogios y alabanzas respecto a la dirección, el guión, la técnica o cualquier aspecto de la película.

Esto me ha hecho gracia y he pensado que mi entrada no se podía titular The Artist simplemente y que necesitaba una coletilla, con algo de gracia y con lo que se identificara cualquiera (o casi cualquiera, ya que siempre hay alguien que critica las pelis buenas, al respecto de esto, no siempre es malo el que critica. Mi amigo Mario, del blog El diácono cinéfiloacostumbran a no gustarle las películas buenas, pero no le critico por ello), perdón, por eso tiene este subtítulo: me dejó sin habla.
Esto no es cierto ya que lo primero que hice al acabar de ver la película fue comentarla con el resto de la sala. Brutal, impresionante, me ha encantado, pero que dices, dramón, cine mudo ya ves, no es exactamente mudo…
Esta última afirmación es cierta.
Lo que he podido averiguar es que a pesar de que la película “es muda”, no es cine mudo. Es cine moderno, actual. Los actores gesticulan y actúan al estilo Chaplin, no hablan y aparecen cartelas de fondo negro con letras blancas… pero los cortes rápidos, el juego de planos (ya digo que no se mucho de esto, es por lo que me he podido fijar), algunos movimientos de cámara son bastante recientes.
La crítica del guión, nuevamente al paso del cine mudo al sonoro (ya lo habíamos visto en Cantando bajo la lluvia por ejemplo) aunque está bien escogida no es del todo original. Tengo que reconocer que hoy por hoy no creo que haya nada 100% original. Ya está todo inventado.
Me ha hecho mucha gracia el guiño (tengo la teoría de que cuando alguien copia algo de otro autor en cualquier arte que no sea el 7º es plagio, pero en el cine se le llama guiño y es lícito, bueno y de vez en cuando una gran acción) a Ciudadano Kane, con los planos torcidos para generar la sensación de locura, tal vez exceso de amor propio (soberbia, ego…).
También hay que ver si el director y guionista Michel Hazanavicius quiere decir algo al llamar a la protagonista Peppy Miller, casi casi como la actriz que hace de Doris, la mujer de George Valentin: Penelope Ann Miller.
Otra curiosidad en la que me he fijado es que a pesar de que Peppy es la súper estrella del cine sonoro no se escucha ni una sola palabra suya en la película mientras que a George si que se le oye al final de todo.
Bueno, podría seguir escribiendo durante horas sobre lo que me ha parecido la película, pero no tengo intención de aburrir, de hecho creo que me estoy pasando.
Ya veis, la idea es explicar que opino sobre la película, que alguien con pocos conocimientos de cine se puede dar cuenta de que las obras de arte acostumbran a mencionar otras, a hacer guiños.
Sobre la estelar actuación, la calidad técnica, etc etc etc ya hablan otros que saben mucho, sobre críticas de guión, o estudios detallados en base a la historia hay grandes expertos.
Pero me parece que es interesante para cualquiera saber que la película no es del todo innovadora o lo que ya he dicho.
¿La recomiendo? sí, pero como siempre que recomiendo una película: no la veas solo. Hay gente a la que le gusta ir al cine, ver, salir y ya está.
Yo opino que el cine es (así estaba pensado) un espectáculo de masas. Vas, comentas, ves, comentas y después te vas a tomar una cervecita con un amigo o amiga y disfrutas recordando las escenas de humor, o vuelves a llorar al pensar en la muerte del mejor amigo del prota, o te asustas si alguien te susurra al oído tu nombre, pero siempre hablándolo con alguien, disfrutando con los amigos y haciéndoles disfrutar, que es como mejor te lo pasas.

The Artist: Jean Dujardin y Bérénice Bejo

La verdad

La verdad es que no tengo ni idea de cine, me encantaría saber, de hecho mi sueño (espero que se cumpla) es llegar a ser director, tal vez productor de largometrajes… en Hollywood como no.

Por ahora me tengo que conformar con aprender… conocer… saborear las grandes películas y poco a poco empezar a producir mis propios metrajes.

Esto suena muy bien (eso dice mi madre) pero por ahora, como no se nada, lo que se me ha ocurrido es que puedo ir publicando (soy un narcisista, casi como Norma Desmond en Sunset Blvd, de Billy Wilder pero sin haber triunfado todavía) mis trabajitos y lo que opino sobre las películas.

Sinceramente no creo que nadie lea esto por ahora, y dentro de unos años supongo que se me caerá la cara de vergüenza por la cantidad de tonterías que diré. Pero bueno, por algún lado se empieza.

Me encanta ver películas, y poco a poco voy reflexionando sobre ellas. Es un ejercicio que os recomiendo, saborear los guiones mientras paladeas la manera en que éstos se han llevado a la pantalla y consiguen producir las sensaciones que en un principio no estaban del todo claras, o que el director no sabía si colaría, o incluso no tenía ni idea de qué rodaría al día siguiente ya que las páginas aparecían escritas y reescritas por cuatro guionistas la noche antes del rodaje, como es más o menos el caso de Casablanca de Michael Curtiz.

Debido a esta afición escribiré sobre las películas que vea. ¡Pero que haces tío, como puedes ver esto! Pues si… hay gustos para todo, y soy un fan del genio Walt Disney.

Así que aquí empiezo… Ah, esto se me ha ocurrido porque he leído, es evidente y aparece en todos lados, que estamos en la era de la expresión, todo el mundo es emisor y receptor, los mensajes vuelan, todos somos investigadores y cada uno opina en la red sobre lo que le apetece, así que si me quiero dedicar a ser conocido, me tengo que dar a conocer.

Total, que ayer vi The Artist. Espectacular. Y por eso dije… Joe, esto tienes que escribirlo. (Con un par de amigos estuve hablando sobre como me llamaría cuando fuera famoso, ya que un nombre español está muy bien, aquí, pero en Hollywood hace falta algo más, así que concretamos que sería Joe Parker) Pues eso, The Artist. Os la recomiendo.

Este es Billy Wilder… el amo