La vida es bella… maravillosa

La vida es bella

Durante la segunda guerra mundial, Guido, un judío con un gran sentido del humor tiene un maravilloso romance con la chica a la que ama, y hace uso de su característica gracia para proteger a su hijo en un campo de concentración Nazi.

La vida es bella es una película que trata sobre el holocausto de una forma cómica pero sin herir sensibilidades. Nos pone en situación de querer entender el sufrimiento de los judíos a través de una fuerte y profunda empatía con el protagonista, Guido.

Guido, destaca por su particular sentido del humor y su capacidad para ver el lado positivo de la vida, probablemente de aquí venga el título de la película: La vida es bella.

Esta visión positiva de la vida es lo que lleva a forzar la dura situación de un campo de concentración para crear un juego en el que su hijo Josué no se dé cuenta de lo crudo y difícil del momento.

Para que nos podamos creer que es capaz de todo ese montaje por su hijo, se nos ha mostrado antes la capacidad que tiene para remover cielos y tierras por conseguir el amor de Dora, por ejemplo la aparición en la escuela suplantando al inspector de Roma, el recogerla en un caballo verde, hacerle un paraguas con un cojín para protegerla de la lluvia, pedirle a María que le diera la llave de su corazón…

Desde el principio se nos presenta a Guido como el perfecto entusiasta que se desvive por cuidar, divertir, proteger a sus seres queridos. Esto le lleva al final a realizar su última actuación ante su hijo, sin perder la esperanza en la salvación de éste a pesar de saber que a él se le terminará la vida en unos instantes.

Hay otros personajes con una historia propia muy cuidada, por ejemplo el Doctor Lessing, obsesionado con los enigmas, tanto que es incapaz después de hacer algo por un amigo (Guido y su familia).

También está el tío Eliseo, que es el guía filosófico o moral de Guido. Representa al maestro de éste, le enseña tres o cuatro normas básicas para ser bueno en la vida, no alguien, sino bueno.

Bartolomeo, el amigo y confidente en el campo de concentración, le da el toque serio que pone al espectador en situación y le hace notar el ambiente más duro del campo de concentración, fuera de la imaginación de Guido.

La vida es bella es por tanto un filme que ha conseguido conquistar el corazón de medio mundo. La tragedia propia del holocausto se entremezcla con la sonrisa y la ternura en esta maravillosa película de Roberto Benigni para llorar y reír.

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